Ante un nutrido auditorio (arriba) , expusieron el Dr. Mauriño, la lic. Satinosky y la psicóloga Bovazzi (abajo)
En el marco del Día Mundial de la enfermedad de Alzheimer –dedicado a difundir y generar conciencia sobre la importancia de la lucha contra este mal- se realizó en el Hospital Central de San Isidro un encuentro de divulgación dirigido a la comunidad.
Fue concretado por el equipo de trabajo del Consultorio de Estudios Cognitivos y Comportamentales de dicho establecimiento de la comuna sanisidrense, que integran el Dr. Alberto Mauriño y Lic. Viviana Satinosky, y la coordinadora del grupo de apoyo para familiares de enfermos de Alzehimer San Isidro, la psicóloga social Liliana Bovazzi. Se contó, además con la presencia del Lic. Jorge Pegoraro, especialista en cuidados paliativos.
*Presentación
En la oportunidad, se presentó un completo trabajo sobre el tema. A continuación, una síntesis de ello.
Hace 100 años Alois Alzheimer realizaba un hallazgo que iba a hacer perdurar su nombre. Esta enfermedad si bien no es la única es la más frecuente de las demencias.
Más de la mitad de los enfermos que padecen una demencia tienen Alzheimer. El resto se divide en demencias vasculares, mixtas y focales dentro de las más de 200 causales de demencias.
¿Por qué se habla cada vez más de la enfermedad? ¿Hay cada vez más enfermos? ¿Es una amenaza real? ¿Por qué es tan temida?
En nuestro país, entre los años 1950 y 2000 (de acuerdo al censo de población, la población en general creció un 116%; pero los mayores de 65 aumentaron un 398% y los mayores de 80 un 682%.
Se debe tener en cuenta que el envejecimiento siendo el mayor factor de riesgo para padecer demencia, no implica necesariamente deterioro cognitivo. Con el paso de los años existe una disminución de algunas capacidades, básicamente una lentificación en la capacidad de procesamiento en el aprendizaje y dificultades en activación léxica, es decir recordar las palabras. La queja por olvidos es frecuente en las personas mayores: el 70% de los sujetos mayores de 70 años la presentan pero solo el 40% comprueba dificultades en las pruebas neuropsicologías y la mitad de estos fallan por trastornos emocionales.
Actualmente, se bien es una enfermedad que no tiene cura, se están realizando ingentes esfuerzos y progresos en el campo de la investigación farmacológica y genética que permiten avizorar en un futuro mayores posibilidades terapéuticas. Así mismo existen programas de atención y redes de contención familiar que permiten mejorar la calidad de vida del paciente y su familia.
Hoy se trata con terapia farmacológica y con estimulación cognitiva y si bien, no es posible detener el proceso, se logra retrasar la evolución y mejorar la calidad de vida limitando factores adversos.
No existe una indicación específica de tipo preventiva, pero todos aquellos cuidados que se vinculan a la disminución del riesgo vascular, tales como una buena alimentación, evitar la vida sedentaria, no fumar, no beber alcohol en exceso, pueden tener incidencia parcial en la prevención. De la misma manera, las actividades de exigencia cognitiva que estimulan el funcionamiento cerebral, parecen limitar la aparición de la enfermedad, ya que se ha comprobado una menor incidencia de la misma en personas de alto nivel de escolaridad.
Es necesario estar atento a ciertos signos que, de aparecer, sugieren la necesidad de realizar una consulta con el especialista:
· Pérdida de memoria reciente que afecte las actividades cotidianas.
· Pérdida progresiva del lenguaje que no puede justificarse por otra afección (ej. Accidente cerebro vascular).
· Desorientación en el tiempo y/o en el lugar.
· Pérdida frecuente de objetos.
· Disminución del juicio y de la capacidad de realizar pensamientos abstractos.
· Pérdida de la iniciativa, apatía, desinterés.
· Cambios en el comportamiento y en la personalidad.
·
La aparición ocasional de estos signos no es suficiente para actuar como alarma. Será el especialista el encargado de determinar la gravedad y el origen de éstos síntomas que pueden ser comienzo de un cuadro demencial o no. En cualquier caso debe ser tratado.
La convivencia con éstos enfermos exige amor y paciencia.
El grupo de autoayuda del Hospital tiene por objetivo contener y sostener a los familiares y cuidadores de los enfermos de Alzheimer que tienen que aprender a convivir y sortear obstáculos desde lo cotidiano. Por eso se realizan reuniones el ° y el 3 ° miércoles de cada mes a las 19, en el Hospital Central de San Isidro.
El encuentro finalizó con una muestra de arte realizada por un familiar que pudo plasmar sus sentimientos en esculturas de vidrio
Fue concretado por el equipo de trabajo del Consultorio de Estudios Cognitivos y Comportamentales de dicho establecimiento de la comuna sanisidrense, que integran el Dr. Alberto Mauriño y Lic. Viviana Satinosky, y la coordinadora del grupo de apoyo para familiares de enfermos de Alzehimer San Isidro, la psicóloga social Liliana Bovazzi. Se contó, además con la presencia del Lic. Jorge Pegoraro, especialista en cuidados paliativos.
*Presentación
En la oportunidad, se presentó un completo trabajo sobre el tema. A continuación, una síntesis de ello.
Hace 100 años Alois Alzheimer realizaba un hallazgo que iba a hacer perdurar su nombre. Esta enfermedad si bien no es la única es la más frecuente de las demencias.
Más de la mitad de los enfermos que padecen una demencia tienen Alzheimer. El resto se divide en demencias vasculares, mixtas y focales dentro de las más de 200 causales de demencias.
¿Por qué se habla cada vez más de la enfermedad? ¿Hay cada vez más enfermos? ¿Es una amenaza real? ¿Por qué es tan temida?
En nuestro país, entre los años 1950 y 2000 (de acuerdo al censo de población, la población en general creció un 116%; pero los mayores de 65 aumentaron un 398% y los mayores de 80 un 682%.
Se debe tener en cuenta que el envejecimiento siendo el mayor factor de riesgo para padecer demencia, no implica necesariamente deterioro cognitivo. Con el paso de los años existe una disminución de algunas capacidades, básicamente una lentificación en la capacidad de procesamiento en el aprendizaje y dificultades en activación léxica, es decir recordar las palabras. La queja por olvidos es frecuente en las personas mayores: el 70% de los sujetos mayores de 70 años la presentan pero solo el 40% comprueba dificultades en las pruebas neuropsicologías y la mitad de estos fallan por trastornos emocionales.
Actualmente, se bien es una enfermedad que no tiene cura, se están realizando ingentes esfuerzos y progresos en el campo de la investigación farmacológica y genética que permiten avizorar en un futuro mayores posibilidades terapéuticas. Así mismo existen programas de atención y redes de contención familiar que permiten mejorar la calidad de vida del paciente y su familia.
Hoy se trata con terapia farmacológica y con estimulación cognitiva y si bien, no es posible detener el proceso, se logra retrasar la evolución y mejorar la calidad de vida limitando factores adversos.
No existe una indicación específica de tipo preventiva, pero todos aquellos cuidados que se vinculan a la disminución del riesgo vascular, tales como una buena alimentación, evitar la vida sedentaria, no fumar, no beber alcohol en exceso, pueden tener incidencia parcial en la prevención. De la misma manera, las actividades de exigencia cognitiva que estimulan el funcionamiento cerebral, parecen limitar la aparición de la enfermedad, ya que se ha comprobado una menor incidencia de la misma en personas de alto nivel de escolaridad.
Es necesario estar atento a ciertos signos que, de aparecer, sugieren la necesidad de realizar una consulta con el especialista:
· Pérdida de memoria reciente que afecte las actividades cotidianas.
· Pérdida progresiva del lenguaje que no puede justificarse por otra afección (ej. Accidente cerebro vascular).
· Desorientación en el tiempo y/o en el lugar.
· Pérdida frecuente de objetos.
· Disminución del juicio y de la capacidad de realizar pensamientos abstractos.
· Pérdida de la iniciativa, apatía, desinterés.
· Cambios en el comportamiento y en la personalidad.
·
La aparición ocasional de estos signos no es suficiente para actuar como alarma. Será el especialista el encargado de determinar la gravedad y el origen de éstos síntomas que pueden ser comienzo de un cuadro demencial o no. En cualquier caso debe ser tratado.
La convivencia con éstos enfermos exige amor y paciencia.
El grupo de autoayuda del Hospital tiene por objetivo contener y sostener a los familiares y cuidadores de los enfermos de Alzheimer que tienen que aprender a convivir y sortear obstáculos desde lo cotidiano. Por eso se realizan reuniones el ° y el 3 ° miércoles de cada mes a las 19, en el Hospital Central de San Isidro.
El encuentro finalizó con una muestra de arte realizada por un familiar que pudo plasmar sus sentimientos en esculturas de vidrio
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