Vista de los nuevos cestos "antivandalismo" que está instalando la comuna en los centros comerciales. De los anteriores, tras dañinas manos anónimas, solo quedó algún recuerdo o resabio.
De los anteriores, de material plástico, todavía queda algún resabio. Manos anónimas los fueron destruyendo, incomprensiblemente, solo por hacer daño, porque sí, nomás. No menos vandálicos fueron los incendios de los papeles de sus interiores, que terminaron con la mayoría de ellos. Ahora, la Municipalidad de San Isidro comenzó a reponer los cestos papeleros, partiendo desde los principales centros comerciales.
Para evitar se repita la misma y triste historia de los anteriores, la comuna innovó en la materia. Por de pronto, los que está instalando y que comenzarán a verse paulatinamente en los centros comerciales son de un nuevo modelo. Más concretamente, se los denomina "antivandalismo". Su diseño, para más datos, resultó ganador del premio "Ciudad y Teconología".
Llevan la leyenda "San Isidro es nuestra casa". Más abajo puede leerse "cuidemos la limpieza". También se observa el isologotipo del gobierno municipal.
Están construidos en chapa de hierro doble decapada y laminada en frío y están pintados -en un color verde manzana- con base poliéster para intemperie.
Su receptáculo tiene deflectores para evitar que puedan introducirse las manos y poseen una bandeja antiderrame de hasta 3 litros de capacidad. Y serán los barrenderos los encargados de su apertura -con una llave especial- y su limpieza.
Para evitar se repita la misma y triste historia de los anteriores, la comuna innovó en la materia. Por de pronto, los que está instalando y que comenzarán a verse paulatinamente en los centros comerciales son de un nuevo modelo. Más concretamente, se los denomina "antivandalismo". Su diseño, para más datos, resultó ganador del premio "Ciudad y Teconología".
Llevan la leyenda "San Isidro es nuestra casa". Más abajo puede leerse "cuidemos la limpieza". También se observa el isologotipo del gobierno municipal.
Están construidos en chapa de hierro doble decapada y laminada en frío y están pintados -en un color verde manzana- con base poliéster para intemperie.
Su receptáculo tiene deflectores para evitar que puedan introducirse las manos y poseen una bandeja antiderrame de hasta 3 litros de capacidad. Y serán los barrenderos los encargados de su apertura -con una llave especial- y su limpieza.
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