Se realizó la procesión por las calles de ese barrio de Boulogne (arriba) y monseñor Casaretto concelebró misa en el templo (en el medio). El intentente Gustavo Posse participó de las ceremonias (abajo)
Como es tradicional para esta fecha, la parroquia Santa Rita de Casia, de Darragueira 630, Boulogne, celebró esta tarde sus fiestas patronales. Como es habitual, concurrió el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse.
Además de los secretarios municipales de Servicios Públicos y Obras Públicas, Alberto Trípoli y Bernardo Landívar, respectivamente, estuvieron presentes la presidenta del Consejo Escolar de San Isidro, Norma Balmaceda acompañada de consejeros escolares; concejales y otros funcionarios municipales.
Precedida por el obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, quien fue acompañado por el obispo emérito de Azul, monseñor Emilio di Bianchi Carcano, secundado por el párroco Cristian Gramblich y los vicarios Eduardo Mangarotti y Agustín Politzer, poco después de las 16, la procesión con la imagen de la santa, inició su recorrido desde las puertas del templo, para continuar por Sucre, Carlos Tejedor, Serrano, Santa Rita, nuevamente Sucre, Aguado, Gascón, Bermejo, retomando por Sucre hasta llegar a Darragueira y retornar nuevamente al templo, donde fue concelebrada una misa.
En la homilía pronunciada durante el oficio, monseñor Casaretto se refirió a la reconciliación, expresando, entre otros conceptos: “Los argentinos tenemos que encontrar caminos comunes, lo que nos une y no lo que nos enfrenta y nos divide. Tenemos que encontrar consensos para poder llevar el bien común de los argentinos. Y, sobre todo, debemos encontrar, acercándonos al bicentenario, como hacemos entre todos para que desaparezca la exclusión, la pobreza, para que todos los argentinos tengan la posibilidad de vivir en esta dignidad de ser hijos de Dios”. Como en años anteriores, voluntarias de la feligresía de esta parroquia distribuyeron rosas rojas entre los concurrentes, así como estampitas, invitándolos a la feria llevada a cabo en el patio del templo tras finalizar el oficio religioso.
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