septiembre 14, 2006

LA HERMANDAD DE LAS ÁNIMAS EN SAN ISIDRO



El padre Oeyen presentando su libro ante el obispo Casaretto, el intendente Posse y numeroso público y firmando ejemplares de su obra


Poco después de las 19 de ayer, el Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal de San Isidro "Dr. Horacio Beccar Varela" resultó el marco elegido para la presentación del libro del párroco de la catedral de San Isidro, Pbro. Pedro Oeyen.

La obra de carácter histórico "La Hermandad de las Animas en San Isidro 1785-1869" fue presentada ante un calificado público académico, observándose la presencia, además del intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse y del obispo diocesano de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, del presidente de la Academia de Ciencias de San Isidro, Dr. Raúl Crespo Montes, concejales, consejeros mayores, representantes de diversas entidades y vecinos.

El lanzamiento del libro se inició con palabras del director del Museo, Bernardo Lozier Almazán, quien trazó una semblanza del autor de la obra, anticipando la importancia y significación del trabajo, de más de 300 páginas, que se remonta a los orígenes del virreinato del Río de la Plata y que se extiende por algo más de 80 años.

Luego habló el obispo Casaretto para expresar que con motivo de cumplir 300 años la creación de la capellanía en torno a la cual se fue desarrollando lo que hoy es San Isidro, "me parece interesante referirme a tres dimensiones de la vida de este pueblo en sus albores: la oración, la familia y el trabajo".

Recordó que la intención del creador de la capellanía fue poner a los quinteros y horticultores de la zona bajo la protección del santo español muy querido en su tierra: San Isidro labrador.

Según explicó el obispo, ese hecho incidió fuertemente en la cultura local que subrayó aquellos tres valores. "La oración, como modo de poner la vida en las manos de Dios. El descanso cotidiano estaba ligado a la oración y el domingo era dedicado al Señor".
"Las familias -dijo- conservaron esta cultura, de manera que San isidro, desde sus inicios, fue un pueblo religioso".

Respecto de la familia, el presidente de la Pastoral Social de la Iglesia expresó que "es uno de los valores que más moviliza a los sanisidrenses y es distintivo de este lugar, sean familias fundadoras o de inmigrantes. Desde hace varias generaciones San Isidro es reconocida como un sitio propicio para la crianza de los hijos y el establecimiento del hogar".

En cuanto al trabajo, explicó monseñor Casaretto que "era un valor esencial para el agricultor. El trabajo que el santo representa fue un modelo inspirador de los quinteros y horticultores de la zona".

Al referirse a lo ocurrido tras 300 años de historia manifestó que "sin duda se han producido cambios acelerados, pero esos valores fundacionales permanecen actualmente, de alguna manera".
"Hoy la oración es la búsqueda de la trascendencia del hombre, jaqueado por el consumismo. La familia, hoy amenazada en muchos frentes, parecen resurgir en ella dos actitudes: la primera, su concepción como contexto ideal para formarnos como persona; la segunda, una cercanía y acompañamiento de familias que tienen problemas (emprendimientos de viviendas, escuelas para padres, etc.). En cuanto al trabajo, todos coincidimos en fortalecer la cultura del mismo, en oposición a la dádiva y el facilismo. Cuando se dice somos gente de trabajo estamos indicando que somos honestos, somos decentes, nos ganamos el pan con nuestro esfuerzo. Y eso nos llena de orgullo, aunque no nos sobre nada".

Por último, el presbítero Oeyen se refirió al libro que estaba presentando del que dijo "contribuye, también, a comprender como era la vida de entonces y que función cumplió, a lo largo de poco más de 80 años, la Hermandad de las Animas, dedicada a la oración de las almas en el purgatorio, cuando la vida social estaba restringida a las pulperías y a las tertulias ocasionales. Fue un tercer factor que facilitó la reunión de la gente, dedicada fundamentalmente al trabajo, al cuidado de la familia y a la oración", acotó refiriéndose a la Hermandad de las Ánimas, cuyo impulsor principal fue el presbítero Márquez, quien durante 40 años fue el párroco de los sanisidrenses.

Detalló que la segunda parte del libro contiene la transcripción de documentos de la parroquia que han resultado un verdadero hallazgo para retratar épocas.

Oeyen indicó que el libro permitirá que los historiadores conozcan esos documentos que se refieren a la vida comunitaria de cuando el pago de San Isidro llegaba hasta el arroyo Medrano, en la Capital.

El público rubricó con aplausos sus palabras, finalizando la presentación con la firma de ejemplares de la obra, que contó con el auspicio de la Municipalidad de San Isidro.

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