La Dra. Campomar durante la disertación (arriba) y la concurrencia (abajo)
Se realizó en la Quinta Los Ombúes, sede del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal "Dr. Horacio Beccar Varela" [Adrián Beccar Varela 774, San Isidro] la conferencia de la Dra. Marta Campomar, presidente de la Fundación Ortega y Gasset Argentina, titulada con gran acierto "Victoria Ocampo y Soledad Ortega, una amistad heredada”.
En la lluviosa noche del miércoles y ante una sala plena de interesados en los detalles sobre la particular relación entre el pensador español y la infatigable creadora de Sur -entre el que se encontraba la directora del Museo, la arquitecta Marcela Fugardo, y el ex director, Bernardo Lozier Almazán-, la Dra. Campomar se explayó extensamente y con prodigiosa memoria, cautivando con anécdotas y pasajes realmente sabrosos.
Así fue que contó sobre la particular dedicación de Soledad Ortega -única mujer de los tres hijos que tuvo José Ortega y Gasset- para convertirse en la cuidadosa archivera de la correspondencia del pensador, activo promotor de la cultura, fallecido en 1955.
Es precisamente a través de las cartas de Victoria Ocampo que Soledad Ortega comienza a verla con cierta admiración, dada su fuerte independencia, iniciativa y vínculo con las artes, en un tiempo en que era fácil ver a una mujer con este perfil y, según señaló, menos en España.
Curiosamente, la primera obra escrita por Victoria Ocampo -"De Francesca a Beatrice"-, traducida por encargo de Ortega y Gasset y publicada en su Revista de Occidente, refiere al problema amoroso de la escritora: su relación furtiva con el primo de su esposo.
La Dra. Campomar, refiriéndose al otro tema controvertido para la época, citó la adhesión de Victoria al feminismo, entendido como la necesidad de la inclusión intelectual de la mujer en el mundo, no tanto en cuestiones de reivindicaciones sociales. Por su parte el pensador español se unía a su modo a esta visión señalando la importancia de la mujer "inspirando al hombre para sacar lo mejor de él". En este punto, claro está, no había coincidencia plena.
No obstante la distancia que hubo hasta 1930 entre Ortega y Gasset y Victoria Ocampo, la relación se restableció siendo el español quien le dió el nombre a la iniciativa editorial de Victoria (la revista "Sur") y, además, quien la instruyó en el modo de administrarla.
La conferencia incluyó, además, una pintura sobre la realidad vivida en España y en la Argentina, plagada de ideas y corrientes políticas que no pocos problemas les ocasionaron a los protagonistas de los relatos.
Soledad Ortega y Victoria Ocampo tuvieron ocasión de comunicarse primero y conocerse personalmente luego, pudiendo proyectar la particular amistad que se había unido al pensador con la escritora, hasta 1979, año de su fallecimiento. Por su parte Soledad Ortega falleció en el 2008, luego de una vida dedicada a la promoción de las artes y la cultura.
"Me pareció brillante, nos ha mostrado toda una amistad que para nosotros era desconocida", destacó el historiador Bernardo Lozier Almazán. Por su parte la arquitecta Marcela Fugardo, directora del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal expresó "Fue un éxito, a pesar de la lluvia, y es apasionante ver cómo se cruzan las vidas de dos personas y cómo esta relación entre la Argentina y España se termina fundiendo en lo que hoy es la Fundación Ortega y Gasset".
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