diciembre 04, 2008

“ESTAMOS” PARA BRINDAR AYUDA


La Asociación Estamos, integrada por sanisidrenses, realizó su primera cena anual en el salón de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de San Isidro con el objetivo de darse a conocer, mostrar sus proyectos para el 2009 y obtener colaboración.

La directora de la Escuela Nº 343 “La Maravilla” Marta Gallo de Maldonado dirigiéndose a los invitados.

El encuentro fue un éxito y dio la fuerza necesaria para poder continuar colaborando con el sostenimiento de la Escuela Nº 343 “La Maravilla”, ubicada en el Dpto. Figueroa, en la provincia de Santiago del Estero.

Entre los proyectos para el año próximo figuran la construcción de un molino de viento y un tanque de reserva para agua de 40.000 lts., la instalación de juegos de plaza, garantizar (como lo hizo este año) el desayuno y el almuerzo para esos 15 niños y terminar las refacciones edilicias ya iniciadas en el transcurso del 2008.

El encuentro contó con la presencia de la directora de la escuela, Marta Gallo de Maldonado, única docente del lugar, quien con su humilde y sincero relato conmovió a más de uno de los comensales presentes.

“Estamos” no es más que un puñado de gente corazones solidarios que llevan como bandera la necesidad de otros, con el compromiso, la credibilidad y la transparencia que los tiempos de hoy requieren.

Es una entidad sin fines de Lucro, conformada por hombres y mujeres de San Isidro, que trabajan de manera voluntaria y desinteresada, desarrollando actividades orientadas a contribuir y solucionar los problemas más urgentes de las comunidades escolares ubicadas en zonas desfavorables.

Actualmente, esta entidad está ayudando a la Escuela Nº 343 “La Maravilla”, ubicada a 150 km. al noroeste de la capital provincial de Santiago del Estero, en el Departamento de Figueroa.

La docente a cargo de esta escuelita es Marta Gallo de Maldonado, quien con 14 años en el cargo de directora, es la única maestra que dicta clases a quince niños de entre 4 y 16 años.

La comunidad es muy pequeña, viven en ranchos de adobe y paja en extrema pobreza, aislados y dispersos en ese espacio del monte santiagueño donde la fuente de trabajo es prácticamente nula. Sus pocos habitantes viven de la madera hachada que luego venden a acopiadores. La cría de animales y la agricultura se ve dificultada, pese a la proximidad del Río Salado. En ese escenario socio-económico, casi toda la actividad social y comunitaria está centrada en la escuela, allí los niños desayunan, almuerzan y estudian.

Todos aquellos interesados en colaborar con la labor solidaria que realiza este grupo de sanisidrenses pueden hacerlo comunicándose al 4732-2024.

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