El intendente Posse recorrió la muestra llevada a cabo en el pabellón Tattersal y en los jardines del Hipódromo (der)
Cuando la fiesta se hallaba en pleno apogeo, el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, visitó el sábado último el Quinto Festival de Arte Joven, que organizado por la Dirección de Juventud, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social de la comuna, congregó a gran cantidad de público.
Acompañado del titular de ese organismo, Adrián Muñoz, ingresó poco antes de las 19 al pabellón Tattersall donde se instalaron las exposiciones de artes plásticas (dibujo, pintura, escultura) imagen y sonido (fotografìa, video, cine) luthería (fabricación de instrumentos de cuerda), fabricación de instrumentos musicales a base de pasta de aserrín, telar indígena y otros provenientes de los talleres que se dictan en esa dirección municipal.
En un espacio del pabellón, miembros del elenco de la compañía circense “Salpicón Pop” desplegaron sus destrezas y precisión en altura en números de tela aérea y trapecio, que fueron seguidas atentamente y luego aplaudidas por el jefe comunal.
En ese sector, medio centenar de jóvenes practicaron arte circense cada media hora, como monociclo, zancos, acrobacia, cintas, acrosport, palo chino, elásticos, aro aéreo y malabares lumínicos, entre otras expresiones.
Finalizadas las suertes circenses, el jefe comunal efectuó una recorrida por el exterior donde se hallaba montado el escenario principal para los números musicales más fuertes del festival.
A un costado del proscenio, un grupo de jóvenes entusiastas, con ropa apropiada, ensayaban una “capoeira”, danza ritual de lucha y candomblé de los negros de Salvador de Bahía, Brasil.
Más adelante, la Compañía Nacional de Autómatas “La Musaranga” de Pedro Asperué hacía funcionar su “Kermese Mecánica La Perinola”, montada con piezas de desecho como envases de hojalata, alambres, corchos, botones, aros con y sin rayos que fueron de bicicletas, triciclos, etc., pedales, palos de escoba y un sinnúmero de objetos ingeniosamente articulados aunque de manera muy precaria.
En su recorrida por este lugar, observó el funcionamiento mecánico de “El Maestro Igor toca Piano”, el movimiento de trote por manivela de un pequeño caballo de corcho y alambre, montado sobre una lata de durazno; “Ramoncito, el robot chaqueño” o “El loro de la suerte” de tracción a palancas y manivelas, donde el Dr. Posse auscultó su destino guardado en el dobléz de un papel, extraído por el pico de madera del pajarraco.
Sobre los espectáculos montados el intendente expresó en la ocasión:“El festival me parece un evento extraordinario pues está enfocado desde todos los ángulos que reflejan las inquietudes de los jóvenes”.
“Esta muestra revela también lo abierto de la propuesta que ofrece la Dirección de la Juventud que ya lleva 11 años acompañando las iniciativas y tendencias artísticas de las nuevas generaciones”.
Siempre acompañado del director de juventud, como un espectador más, mezclado con el resto del público joven -que al reconocerlo se acercó para saludarlo- siguió con interés los temas que tocaron sobre el escenario principal, el conjunto roquero del momento.
Habían pasado ya cinco horas desde el comienzo del 5º Festival y los jóvenes se prepararon para disfrutar de los platos fuertes, es decir, la actuación de las grandes bandas hasta las 23, sin solución de continuidad.
Por allí pasaron Los Tipitos y Los Auténticos Decadentes y en otro, alternativo, estuvieron Ser, Satélite Kingston, Bonsur, Orquesta Fernández Fierro y también el Chino Laborde, al amparo de una jornada de clima espectacular hasta que el encuentro finalizó.
Acompañado del titular de ese organismo, Adrián Muñoz, ingresó poco antes de las 19 al pabellón Tattersall donde se instalaron las exposiciones de artes plásticas (dibujo, pintura, escultura) imagen y sonido (fotografìa, video, cine) luthería (fabricación de instrumentos de cuerda), fabricación de instrumentos musicales a base de pasta de aserrín, telar indígena y otros provenientes de los talleres que se dictan en esa dirección municipal.
En un espacio del pabellón, miembros del elenco de la compañía circense “Salpicón Pop” desplegaron sus destrezas y precisión en altura en números de tela aérea y trapecio, que fueron seguidas atentamente y luego aplaudidas por el jefe comunal.
En ese sector, medio centenar de jóvenes practicaron arte circense cada media hora, como monociclo, zancos, acrobacia, cintas, acrosport, palo chino, elásticos, aro aéreo y malabares lumínicos, entre otras expresiones.
Finalizadas las suertes circenses, el jefe comunal efectuó una recorrida por el exterior donde se hallaba montado el escenario principal para los números musicales más fuertes del festival.
A un costado del proscenio, un grupo de jóvenes entusiastas, con ropa apropiada, ensayaban una “capoeira”, danza ritual de lucha y candomblé de los negros de Salvador de Bahía, Brasil.
Más adelante, la Compañía Nacional de Autómatas “La Musaranga” de Pedro Asperué hacía funcionar su “Kermese Mecánica La Perinola”, montada con piezas de desecho como envases de hojalata, alambres, corchos, botones, aros con y sin rayos que fueron de bicicletas, triciclos, etc., pedales, palos de escoba y un sinnúmero de objetos ingeniosamente articulados aunque de manera muy precaria.
En su recorrida por este lugar, observó el funcionamiento mecánico de “El Maestro Igor toca Piano”, el movimiento de trote por manivela de un pequeño caballo de corcho y alambre, montado sobre una lata de durazno; “Ramoncito, el robot chaqueño” o “El loro de la suerte” de tracción a palancas y manivelas, donde el Dr. Posse auscultó su destino guardado en el dobléz de un papel, extraído por el pico de madera del pajarraco.
Sobre los espectáculos montados el intendente expresó en la ocasión:“El festival me parece un evento extraordinario pues está enfocado desde todos los ángulos que reflejan las inquietudes de los jóvenes”.
“Esta muestra revela también lo abierto de la propuesta que ofrece la Dirección de la Juventud que ya lleva 11 años acompañando las iniciativas y tendencias artísticas de las nuevas generaciones”.
Siempre acompañado del director de juventud, como un espectador más, mezclado con el resto del público joven -que al reconocerlo se acercó para saludarlo- siguió con interés los temas que tocaron sobre el escenario principal, el conjunto roquero del momento.
Habían pasado ya cinco horas desde el comienzo del 5º Festival y los jóvenes se prepararon para disfrutar de los platos fuertes, es decir, la actuación de las grandes bandas hasta las 23, sin solución de continuidad.
Por allí pasaron Los Tipitos y Los Auténticos Decadentes y en otro, alternativo, estuvieron Ser, Satélite Kingston, Bonsur, Orquesta Fernández Fierro y también el Chino Laborde, al amparo de una jornada de clima espectacular hasta que el encuentro finalizó.
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