Doña Valentina junto a al concejal Castellano, Scuderi y familiares
La abuela junto a su querida familia
De que otra manera se puede llamar a doña Valentina Monforte de Sevillano que anoche, rodeada del cariño de sus seres más queridos sopló las velitas de su centenario.
Bajo una noche estival, alumbrada por una luna llena rotunda, sentada en el jardín de su casa de Alsina 1451, en el barrio de Las Lomas doña Valentina como especial receptora de la jornada fue recibiendo a los invitados.
En algún momento recordará su despedida definitiva, en 1946, de su Zamora natal, allá en España. Como tantos otros, partió en busca de un destino mejor.
Con una ventaja: su marido, don Agustín Sevillano, con quien tuvo dos hijos, fue un sanisidrense de ley, nacido y criado aquí, que en su mocedad y a la inversa también buscó un camino en la tierra peninsular.
Allí conoció a doña Valentina y cuando la situación se puso difícil, don Agustín decidió volver. Aquí, en la céntrica calle Belgrano, junto con su mujer, tentó fortuna con un comercio de calzado que ambos bautizaron “Osyon”, en homenaje a sus hijos Oscar y Juan (“yon” en lengua vasca). Y no les fue mal.
Anoche doña Valentina recibió los mimos de sus hijos Oscar y Juan y también de sus nietos, de sus vecinos y de tantos otros que se acercaron a felicitarla.
En representación del intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, concurrió para llevarle el saludo del gobierno municipal el Dr. Carlos Castellano, quien llegó acompañado del subsecretario de deportes, Prof. Mario Scuderi.
Los jardines de la casa se colmaron de visitas y la alegría, desde su dueña hasta del último invitado impregnó la noche sanisidrense, por el centenario de doña Valentina, tan vital como cuando salió para siempre de su Zamora natal.
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