dialogando con el periodismo a la salida de la Catedral (arriba)
y en un emotivo pasaje del homenaje ante el local en que el
policía cayó en cumplimiento del deber (abajo)
Posse hablando en el homenaje a Garrido (abajo)
y del monolito que recuerda al capitán Aldo Garrido ante el local en
que cayó en cumplimiento del deber (abajo)
Es la cuadra donde exactamente hace un mes Aldo Garrido, ascendido a capitán post mortem de la policía bonaerense, cayó en cumplimiento del deber y donde esta noche, luego de una misa in memorian celebrada en la catedral de San Isidro, al tramo de la calle Chacabuco, entre 9 de Julio y Belgrano ahora lleva el nombre de este servidor público. La ceremonia contó con la presencia de Marta Barberis, la compañera de Garrido y sus hijos, e importante cantidad de público.
El intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, también rindió su homenaje en nombre del municipio: “Quiero poder transmitir lo que sentimos todos, lo que sienten los vecinos, los comerciantes, su familia y todos en general y es que Garrido supo siempre que era su trabajo y el servicio que brindaba”, expresó.
“Contaba –dijo- con ese tipo de personalidad que está despojada del miedo, no porque no tuviese la inteligencia de considerar que cada vez era más difícil y peligrosa su labor y su profesión”.
“Pero evidentemente estaba despojado y, cada vez que hacía su trabajo no medía las consecuencias de salvar una vida. Entendió que salvar vidas y aportó absolutamente todo: su conocimiento, su profesionalismo, tal como lo dijo su compañera de toda la vida”, agregó el jefe comunal.
“Y por no medir el salvar una vida esta vez ocurrió este asesinato que no tiene sentido”, añadió.
“Tratamos en San Isidro de vivir de un modo cristiano y con su familia, y ayudar a su familia a la resignación necesaria para poder continuar la vida”, sostuvo luego.
“Igualmente nosotros queremos transmitir, que si bien no tenemos odio, no hay razón para decidir quitar la vida. No hay razón por la cual a un civil o a un uniformado se toma la decisión de quitar la vida”, enfatizó Posse.
“Y si bien la pena de muerte no puede existir jamás en la Argentina –y menos aún por nuestras convicciones cristianas- si sepamos y entendamos que debe agravarse cada vez más la decisión, la normativa, la manera de interpretar las leyes, porque hay gente que sí decide y tiene la oportunidad de decidir todos los días”, resaltó.
“Hay delincuentes que llevan adelante la ejecución de la pena de muerte y eso tampoco es posible”, aseveró.
“Desde el amor entendemos que no hay manera que nadie pueda quitarle el cuerpo a la existencia de este problema. Hoy lo que más le interesa a la gente es la seguridad y, dentro de la seguridad, es que dentro de lo posible no los maten”, dijo luego.
“La razón por la cual estamos reunidos acá, en paz, sin odio y con amor, es para que se recuerde que esta muerte y las otras, hombres y mujeres comunes y los que tienen responsabilidad y dieron todo de sí. Por eso queremos que las cosas cambien para que se pueda vivir con dignidad”, concluyó el jefe comunal.
“Pero evidentemente estaba despojado y, cada vez que hacía su trabajo no medía las consecuencias de salvar una vida. Entendió que salvar vidas y aportó absolutamente todo: su conocimiento, su profesionalismo, tal como lo dijo su compañera de toda la vida”, agregó el jefe comunal.
“Y por no medir el salvar una vida esta vez ocurrió este asesinato que no tiene sentido”, añadió.
“Tratamos en San Isidro de vivir de un modo cristiano y con su familia, y ayudar a su familia a la resignación necesaria para poder continuar la vida”, sostuvo luego.
“Igualmente nosotros queremos transmitir, que si bien no tenemos odio, no hay razón para decidir quitar la vida. No hay razón por la cual a un civil o a un uniformado se toma la decisión de quitar la vida”, enfatizó Posse.
“Y si bien la pena de muerte no puede existir jamás en la Argentina –y menos aún por nuestras convicciones cristianas- si sepamos y entendamos que debe agravarse cada vez más la decisión, la normativa, la manera de interpretar las leyes, porque hay gente que sí decide y tiene la oportunidad de decidir todos los días”, resaltó.
“Hay delincuentes que llevan adelante la ejecución de la pena de muerte y eso tampoco es posible”, aseveró.
“Desde el amor entendemos que no hay manera que nadie pueda quitarle el cuerpo a la existencia de este problema. Hoy lo que más le interesa a la gente es la seguridad y, dentro de la seguridad, es que dentro de lo posible no los maten”, dijo luego.
“La razón por la cual estamos reunidos acá, en paz, sin odio y con amor, es para que se recuerde que esta muerte y las otras, hombres y mujeres comunes y los que tienen responsabilidad y dieron todo de sí. Por eso queremos que las cosas cambien para que se pueda vivir con dignidad”, concluyó el jefe comunal.
Previamente habló el presidente de la Cámara de Comercio e Industria del Partido de San Isidro, Norberto Testorelli, quien, entre otros conceptos expresó refiriéndose a Garrido que “tendremos siempre presente en San Isidro a tan calificado servidor público y compañero de todos nosotros” y que el luctuoso acontecimiento que hoy los reune “es una historia del tiempo, pero sin tiempo, porque la vida del querido amigo Aldo será para todos nosotros siempre un presente”
Por su parte Claudia Robledo, en representación de la familia del policía, leyó una elegía en la que luego de recordarlo expresa que “de lo que estamos plenamente seguros es que (Aldo Garrido) vivirá eternamente en cada uno de nuestros corazones y que nuestros hijos, nuestros nietos y futuras generaciones sepan que una vez, aquí en San Isidro hubo no sólo un policía que recorría el centro comercial, sino un gran hombre que con poco hizo mucho, y que con su vida hizo todo, porque no hay mayor amor que dar la vida por otro”. Agradeció al municipio y al intendente Posse por el homenaje, al igual que a la institución policial y a la Iglesia.
El lugar elegido para el homenaje, fue en Chacabuco 351, el lugar donde cayó herido mortalmente y que esta noche resultó colmado por comerciantes, funcionarios municipales y vecinos que quisieron rendirle un tributo postrero a quien consideraron el gran amigo de todos.
Con la guardia de honor del Grupo de Infantería de la policía bonaerense y de los Bomberos Voluntarios de San Isidro, el acto comenzó con la entonación del Himno Nacional y luego el descubrimiento del monolito de homenaje erigido en el lugar y cuya placa reza “Capitan Aldo Roberto Garrido 1947-2009, Homenaje de familiares, amigos, vecinos, Cámara de Comercio e Industria del Partido de San Isidro e Intendencia Municipal, al policía de la Provincia de Buenos Aires que brindó su amistad y su vida a las familias de San Isidro”.
El monolito fue bendecido por el párroco de la iglesia catedral, Pedro Oeyen y tras las palabras pronunciadas a su memoria, el trompa Ramón Carlos Arnal, del cuerpo de bomberos ejecutó el toque de silencio, tras lo cual los presentes fueron invitados a trasladarse al mástil central de San Isidro, ubicado en la intersección de las calles Belgrano, 9 de Julio y Acassuso, donde fue descubierta otra placa recordatoria.
Previamente, en la Catedral fue oficiada una misa en memoria del capitán Aldo Garrido, el policía querido por todos.
Por su parte Claudia Robledo, en representación de la familia del policía, leyó una elegía en la que luego de recordarlo expresa que “de lo que estamos plenamente seguros es que (Aldo Garrido) vivirá eternamente en cada uno de nuestros corazones y que nuestros hijos, nuestros nietos y futuras generaciones sepan que una vez, aquí en San Isidro hubo no sólo un policía que recorría el centro comercial, sino un gran hombre que con poco hizo mucho, y que con su vida hizo todo, porque no hay mayor amor que dar la vida por otro”. Agradeció al municipio y al intendente Posse por el homenaje, al igual que a la institución policial y a la Iglesia.
El lugar elegido para el homenaje, fue en Chacabuco 351, el lugar donde cayó herido mortalmente y que esta noche resultó colmado por comerciantes, funcionarios municipales y vecinos que quisieron rendirle un tributo postrero a quien consideraron el gran amigo de todos.
Con la guardia de honor del Grupo de Infantería de la policía bonaerense y de los Bomberos Voluntarios de San Isidro, el acto comenzó con la entonación del Himno Nacional y luego el descubrimiento del monolito de homenaje erigido en el lugar y cuya placa reza “Capitan Aldo Roberto Garrido 1947-2009, Homenaje de familiares, amigos, vecinos, Cámara de Comercio e Industria del Partido de San Isidro e Intendencia Municipal, al policía de la Provincia de Buenos Aires que brindó su amistad y su vida a las familias de San Isidro”.
El monolito fue bendecido por el párroco de la iglesia catedral, Pedro Oeyen y tras las palabras pronunciadas a su memoria, el trompa Ramón Carlos Arnal, del cuerpo de bomberos ejecutó el toque de silencio, tras lo cual los presentes fueron invitados a trasladarse al mástil central de San Isidro, ubicado en la intersección de las calles Belgrano, 9 de Julio y Acassuso, donde fue descubierta otra placa recordatoria.
Previamente, en la Catedral fue oficiada una misa en memoria del capitán Aldo Garrido, el policía querido por todos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario