El pesado puente de hormigón fue instalado con asombrosa precisión (arr). El intendente Posse, junto al lic. Prassel y el arquitecto Romero presenció los trabajos (abajo)
En la gélida madrugada del domingo, se procedió a instalar el segundo puente ferroviario del paso bajo nivel vehicular y peatonal de la calle Pueyrredon, en el linde de Martínez y Acassuso, que está construyendo la Municipalidad de San Isidro para un cruce rápido y seguro de las vías del Mitre.
Pese a la baja temperatura que se registraba a esa hora y cuando todo invitaba más a permanecer al reparo del hogar y más aún al abrigo de la cama para un sueño reparador, varios vecinos se acercaron al lugar para observar los trabajos, que incluyeron el despliegue de grúas de gran porte para mover e instalar con precisión la pesada estructura del puente de hormigón.
Poco después se montaron los rieles (arr.) y se procedió a las pruebas de rigor con el paso de una locomotora (abajo)
Allí, junto a las cuadrillas de operarios, se encontraba el intendente sanisidrense. El Dr. Gustavo Posse presenció los trabajos. Lo hizo en compañía de su hijo Melchor; el secretario General de Gobierno y Administración, Lic. Héctor Prassel, el subsecretario de Obras Públicas, arquitecto Fernando Romero y otros funcionarios comunales.
Las tares comenzaron poco después de que se registrara el paso del último convoy con destino a Tigre -el puente esta vez correspondió a las vías descendentes-, en los primeros minutos del domingo. A las 2,30, una gigantesca grúa comenzó a mover el puente de hormigón, que había sido construido al costado de las vías, hasta su ubicación definitiva.
El trabajo fue cumplido lentamente pero con una precisión asombrosa. Una salva de aplausos rubricó el montaje del puente. Momentos después que una retroexcavadora comenzara a llenar la base del puente con balasto, la misma grúa de gran porte procedió a colocar sobre la estructura de hormigón el tramo de rieles y durmientes para el empalme de vías.
Ya pasadas las 3 del domingo, se efectuaron las pruebas correspondientes con el paso de una locomotora y, luego de hacerse todas las constataciones técnicas, todo quedo listo para el reinicio de los servicios ferroviarios, cuando aún no había comenzado a clarear y con el retiro de las máquinas el sector quedó en el más absoluto silencio.
Las tares comenzaron poco después de que se registrara el paso del último convoy con destino a Tigre -el puente esta vez correspondió a las vías descendentes-, en los primeros minutos del domingo. A las 2,30, una gigantesca grúa comenzó a mover el puente de hormigón, que había sido construido al costado de las vías, hasta su ubicación definitiva.
El trabajo fue cumplido lentamente pero con una precisión asombrosa. Una salva de aplausos rubricó el montaje del puente. Momentos después que una retroexcavadora comenzara a llenar la base del puente con balasto, la misma grúa de gran porte procedió a colocar sobre la estructura de hormigón el tramo de rieles y durmientes para el empalme de vías.
Ya pasadas las 3 del domingo, se efectuaron las pruebas correspondientes con el paso de una locomotora y, luego de hacerse todas las constataciones técnicas, todo quedo listo para el reinicio de los servicios ferroviarios, cuando aún no había comenzado a clarear y con el retiro de las máquinas el sector quedó en el más absoluto silencio.
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