enero 12, 2010

DETIENEN A SUJETO ARMADO, EN EL BAJO SAN ISIDRO


En un operativo policial en el que colaboraron móviles del Programa Cuidado Comunitario de la Municipalidad de San Isidro, bajo una lluvia de piedras fue detenido un sujeto armado que poco antes, junto a otros individuos, había provocado alboroto frente a la villa del Bajo San Isidro.

Todo comenzó el viernes último, alrededor de las 14, cuando un llamado al 911 alertó sobre la presencia en Roque Sáenz Peña y acceso a la villa por Camino de la Ribera, había tres sujetos, uno de ellos armado, que estaban ocasionando desorden.

De inmediato concurrió el patrullero tripulado por el subteniente Luis Hernán Aliste y el sargento Fernando Lasso de la Vega, ambos de la seccional primera de San Isidro. Luego en apoyo llegó el móvil del Programa Cuidado Comunitario, con el teniente Raúl Godoy. Entre todos interceptan en su huida a dos de los tres sujetos.

El tercero, desacatando la voz de “alto, policía”, arma en mano escapó por los pasillos, hacia el interior de la villa, la cual fue rodeada para evitar su fuga, contándose con el apoyo de un patrullero de la comisaría 4º de Las Barrancas, tripulado por el oficial Arturo Miranda y el sargento Ricardo Grosso.

La comisario Adriana Beatriz Peve, titular de la comisaría primera de San Isidro, apenas iniciado el operativo se acercó hasta el lugar e identificó al prófugo como “Martincito”, uruguayo de 28, quien tras varias escaramuzas se parapetó sobre el techo de una casa.

Los efectivos que intentaron detenerlo fueron permanentemente hostigados por algunos habitantes de ese asentamiento, por lo que se vieron obligados a efectuar disparos de salva y de advertencia. Otros vecinos, a su vez se tomaron a golpes de puño con aquellos que enfrentaban a las fuerzas del orden, generándose un tumulto de proporciones obligando a nuevos disparos de salva.

Esta situación obligó a la presencia de otros patrulleros de otras seccionales hasta que finalmente en el techo de la vivienda de Obarrio 1076 el prófugo es aprehendido por el sargento Ricardo David Grosso, quien terminó lesionado al caer al piso tras romper unas tejas del techo y luego ser mordido por un perro, en medio de una nueva andanada de piedras. Fue socorrido por el oficial Arturo Miranda, compañero de patrulla.

Al sujeto le fue incautado un revólver calibre 32 que en el interior del tambor tenía cuatro vainas servidas y dos intactas. Es de señalar que para evitar ser trasladado a la seccional, el malviviente trató de infligirse autolesiones, golpeándose la cabeza contra paredes y piso, mientras profería amenazas contra sus captores, por lo que debió ser convocada una ambulancia para verificar su estado.

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